martes, 1 de diciembre de 2015

EL JUICIO DE PARIS.   (RUBENS)

 


Rubens pintó varias versiones de este tema; uno, juvenil de formato reducido que se conserva en el Museo del Prado, y otra se halla en la National Gallery de Londres. Ésta última, fue pintada hacia 1638, cuando el artista estaba enfermo de gota.

La obra le fue encargada a Rubens por Felipe IV de España con mediación del cardenal-infante Fernando de Austria hermano de dicho rey y gobernador de los Países Bajos. Se cuenta que éste visitó el taller de Rubens y al ver la obra, afirmó: «Es de lo mejor de su arte, pero las diosas están demasiado desnudas, y dicen que la figura de Venus es retrato de su mujer».
En el siglo XVIII, Carlos III ordenó su quema por considerarlo impúdico, junto con otras pinturas de desnudo como Adán y Eva de Duradero. Finalmente el rey accedió a conservar todas, a condición de que se recluyesen en salas de acceso restringido en la Academia de San Fernando. En el siglo siguiente, ésta y otras obras se trasladaron al Museo del Prado.

Este cuadro pertenece al Barroco, la mejor y más importante pintura durante el período que comienza alrededor del año 1600 y continúa a lo largo de todo el siglo XVII, y a principios del siglo XVIII se identifica hoy como pintura barroca. El arte barroco se caracteriza por el realismo, los colores ricos e intensos, y fuertes luces y sombras. En oposición al arte renacentista, que normalmente mostraba el momento anterior a ocurrir cualquier acontecimiento, los artistas barrocos elegían el punto más dramático, el momento en que la acción estaba ocurriendo. El color, la luz y el movimiento, son los elementos que definen la forma pictórica. El color predomina sobre la línea.

Peter Paul Rubens nació en Siegen, Westfalia (Alemania) en el seno de una familia calvinista flamenca.Su estilo exuberante enfatiza el dinamismo, el color y la sensualidad. Hacia 1592 comenzó sus estudios de pintura con Tobias Verhaecht, un pintor paisajista tradicional. No se sabe exactamente en qué fechas estudió con otros dos maestros de pintura: Adam van Noort, que posteriormente fue también profesor de Jordaens, y Otto van Veen. Sin embargo, no parece que dejaran una influencia artística relevante en su alumno.Sus principales influencias procedieron del arte de la antigua Grecia, de la Antigua Roma y la pintura renacentista, en especial Leonardo da Vinci, Tiziano y Miguel Ángel, del que admiraba su representación de la anatomía.


Para realizar la obra, Rubens empleó un esquema basado en Rafael, manifestando su amor por el arte del Cinquecento. Todas las figuras se disponen en un  esquema muy apreciado por el maestro en estos últimos años de su vida. Sin embargo, la composición ha sido cerrada al colocar las figuras de los extremos enfrentadas para conseguir el equilibrio. Al fondo contemplamos un paisaje en el que se encuentran las ovejas de Paris, ya que su padre había sido advertido de que causaría la ruina de su país por lo que consideró prudente alejarle de la corte troyana. Las diosas están resaltadas por la luz y la técnica transparente utilizada por el pintor. Sus bellos cuerpos desnudos nos ponen de manifiesto el canon de belleza femenina durante el Barroco, mientras que en los cuerpos masculinos observamos una clara referencia a Miguel Angel. La sensualidad que ha sabido captar Rubens en sus tres diosas fue peligrosa ya en su momento al decir el cardenal-infante que la única falta del cuadro era estar las diosas demasiado desnudas. Posteriormente, en el reinado de Carlos III, el cuadro estuvo a punto de ser quemado al considerarlo impúdico.

La obra se titula "El juicio de París".

 La historia de este cuadro se debe a la mitología en la que Eride o Eris, la diosa de la Discordia, molesta por no haber sido invitada a las bodas de Peleo, a la que habían sido convidados todos los dioses, urdió un modo de vengarse sembrando la discordia entre los invitados: se presentó en el sitio donde estaba teniendo lugar el banquete, y arrojó sobre la mesa una manzana de oro, que habría de ser para la más hermosa de las damas presentes. Tres diosas (Atenea, Afrodita y Hera) se disputaron la manzana produciéndose una gran confusión y disputa, que hubo de intervenir el padre de todos los dioses, Zeus (Júpiter en la mitología romana). Zeus decidió encomendar la elección a un joven mortal llamado Paris, que era hijo del rey de Troya. El dios mensajero, Hermes (Mercurio), fue enviado a buscarlo con el encargo del Juicio que se le pedía; localizó al príncipe-pastor y le mostró la manzana de la que tendría que hacer entrega a la diosa que considerara más hermosa. Precisamente por eso lo había elegido Zeus; por haber vivido alejado y separado del mundo y de las pasiones humanas. Así, se esperaba de él que su juicio fuera absolutamente imparcial.
Cada una de las diosas pretendió convencer al improvisado juez, intentando incluso sobornarlo. La diosa Hera, esposa de Zeus, le ofreció todo el poder que pudiera desear, o, también, el título de Emperador de Asia; Atenea, diosa de la inteligencia, además de serlo de la guerra, le ofreció la sabiduría o, según otras versiones, la posibilidad de vencer todas las batallas a las que se presentase; Afrodita, le ofreció el amor de la más bella mujer del mundo. Se distinguen varias versiones sobre la desnudez o no de las diosas: una primera que indica que todas se desnudaron para mostrar así su belleza al mortal; una segunda que indica que únicamente lo realizó Afrodita para demostrar así su belleza y por ello ganó; y una última que niega esta posibilidad del desnudo de las diosas.

Paris se decidió finalmente por Afrodita, y su decisión hubo de traer graves consecuencias para su pueblo, ya que la hermosa mujer por la que Afrodita hizo crecer el amor en el pecho de Paris, era Helena, la esposa del rey de Esparta, Menelao; en ocasión del paso de Paris por las tierras de este rey, y después de haber estado una noche en su palacio, Paris raptó a la bella Helena y se la llevó a Troya.

El juicio de Paris de Rubens se encuentra en el Museo del Prado, Madrid. Es uno de los museos mas importantes del mundo, así como uno de los más visitados. El edificio que alberga el Museo del Prado fue concebido inicialmente por Jose Moñino y Redondo, conde de Floridablanca y Primer Secretario de Estado  del rey Carlos III.

Esquema histórico hecho por Marta González Pastor.

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